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Después de dos horas que te han parecido días os dejan salir de tu casa, y aunque estas

decidida a contárselo ya, decides aplazarlo para mas tarde, porque ahora mismo estas

mucho más nerviosa de lo que pensabas que ibas a estar.

De hecho, ponerte nerviosa te distrae tanto que pierdes de vista a tus amigos.

Estás histérica ahora mismo, no los encuentras por ninguna parte y la niebla que hace

esa noche no te deja ver con claridad. Te hace sentir un poco mal haberlos perdido de

esa forma y que no se hayan dado cuenta de que no estabas con ellos cuando se

perdieron. Gritas sus nombres por la calle, desesperada por encontrarlos y maldiciendo

vivir en una ciudad tan grande. Ahora te duele la garganta y te estás quedando sin voz,

genial. Consideras la opción de preguntar a la gente y miras a tu alrededor buscando a

alguien que te pueda ayudar.

Te acabas de dar cuenta. ¡No has visto a nadie desde que has salido de tu casa! ¡¿Cómo

es posible que las calles estén vacías un día como este?! Sientes que estas al borde de

un ataque de ansiedad, tus ojos se humedecen y cuando estas a punto de empezar a

llorar como una loca, todo se calma. Un silencio absoluto inunda la calle en la que te

encuentras. Puedes notar como la niebla te acaricia suavemente haciendo que todos los

músculos de tu cuerpo se relajen.

Involuntariamente levantas la cabeza y la ves. Al final de la calle, vestida con un precioso

vestido blanco brillante, el pelo liso y largo, negro como la noche y un elegante velo

bordado que le tapa la cara. Empiezas a caminar hacia ella. No la puedes ver, pero aun

así piensas que es la chica más hermosa que has visto en tu vida. Su belleza te ciega

tanto que no te das cuenta que detrás de ella hay una entrada a un pantano que no

debería estar ahí.

La sigues por horas. Cada vez te acercas mas a ella hasta el punto que sientes que rozas

sus labios por encima del velo.

De repente la oyes decir con un hilo de voz

―¿Dónde están mis hijos?‖

―¿Qué?‖ Respondes aturdida.

La chica se quita el velo. Vuelves a sentir la ansiedad de antes. La atmosfera a cambiado

totalmente. El rostro de la chica se vuelve horrible y esta desfigurado.

―¡¿DÓNDE ESTÁN MIS HIJOS?!‖

Se oye un golpe seco y todo se vuelve oscuro.

―¡AAAAAY MIS HIJOS!‖

El caso de la desaparición de Alejandra Gómez fue archivada por falta de pruebas y se la

dio por muerta

La única de su clase que lloro fue Carmen. Desolada en su cuarto. Nunca se atrevió a

acercarse a ella. Nunca confesó sus sentimientos. Ahora ya era demasiado tarde.